ChicamochaNews.net - Multilenguaje

lunes, 23 de junio de 2014

El “degeneramiento” de los medios de comunicación: ¿Censura o autocensura?

Sin duda alguna, uno de los debates que quedó abierto, luego de la contienda electoral por la Presidencia de la República, pero que tampoco ahora nadie quiere tocar, es el relacionado con la triste y lamentable posición de los medios nacionales de comunicación, encausados por sus propios directores, que no creo que por sus propietarios.

Lamentable, digo, porque en mis 30 años como periodista profesional, ejercidos en los diarios Vanguardia Liberal, El Espectador, el Telenoticiero del Mediodía, Todelar, QAP Noticias y ahora como periodista independiente, nunca había presenciado el más aberrante espectáculo periodístico caracterizado por el "favorecimiento informativo" a uno de los candidatos.

Era sencillamente grotesco ver el manejo "informativo" de parte de los diferentes comunicadores, especialmente de los noticieros de caracol radio y Tv. De RCN radio y Tv , la revista Semana y desde luego, el periódico El Tiempo, que al parecer continúa haciendo parte del patrimonio de la familia Santos.

Voy a mencionar solo uno o dos ejemplos para justificar la palabra "GROTESCO", ya que mientras las FARC seguían cometiendo atentados, asesinatos, voladuras de oleoductos y demás, los medios mencionados se dedicaban, al parecer en contubernio con el Fiscal General de la Nación, a buscar noticias que afectaran al candidato opuesto al gobierno, como por ejemplo, la noticia relacionada con la situación de María del Pilar Hurtado, ex directora del DAS, con quien algunos medios se ensañaron tanto, que mandaron periodista a Panamá a hacerle seguimiento, sencillamente porque con esta noticia pretendían enlodar al candidato del Centro Democrático.

Qué decir del manejo de la noticia del Hacker, a quien los medios, con el apoyo de la Fiscalía, trataron de endilgar al candidato Oscar Iván Zuluaga, pero que a la postre no pudieron, aunque el daño al candidato sí se lo hicieron. Paralelo a este caso se presentó el que se le "chispotió" a Daniel Coronel, en la revista Semana, relacionado con el ingreso de 12 millones de dólares de narcotraficantes, a dos, o a alguno de dos asesores del presidente Juan Manuel Santos.

A la vista de cualquier periodista, por mediocre que sea, este caso reviste una gravedad enorme, más aún con los visos de realidad que tenían; por algo JJ Rendón y Chica resultaron acusándose mutuamente, incluso el mismo Daniel Coronel reveló que JJ había comprado dos apartamentos en Miami por valor cercano a los 7 millones de dólares. Todo eso se fue tapando posteriormente con la inflada noticia del Hacker porque afectaba al presidente - candidato. La misma Vicky Dávila no se aguantó las ganas de ir a ponerle el micrófono y la cámara a JJ Rendón en Miami para que dijera "que todo eso era falso". ¡Qué bajeza de periodismo!

Ahora, sin importar que Santos haya resultado electo, siguen rodando cabezas por, supuestamente, contrariar informativamente al gobierno, en otras palabras, se está castigando al periodismo ejercido con dignidad y rectitud, pues a uno de quienes tuvieron la osadía de "tocar" al gobierno, como fue Hassan Nassar, desde su programa 360 grados en CableNoticias, fue despedido.

Precisamente el periódico El Espectador, en su intento por rescatar la realidad de esta otrora digna profesión, escribió un editorial en defensa de Hassan, y estos son algunos de sus apartes:

"Nassar tenía una ideología y una forma de ver las cosas. Y la defendía. Como todos, por demás. No era un partidario de este gobierno de Juan Manuel Santos y le hacía duras críticas, sobre todo a través de su espacio en Twitter, en el cual, hasta donde sabemos, priman las opiniones personales. Y es obvio que una gran discusión puede (y debe) darse acerca de los periodistas y sus opiniones públicas a través de las redes sociales: ¿qué tanto comprometen al medio para el que trabajan? ¿Cuánto de lo que escriben es leído como su opinión propia y no como la representativa del medio? Es difícil. Y está pendiente. Aún esa discusión, en este país donde priman las peleas por quién dice qué y cómo, no se ha dado. Ha llegado la hora de hacerlo".

Y concluye el Editorial de El Espectador: "Ojalá Nassar encuentre, de nuevo, un nicho en el que pueda ejercer el periodismo de opinión. Desde esta casa mandamos toda nuestra solidaridad con su caso. Y, sobre todo, alentamos al debate público sobre lo que puede ser dicho. ¿Hasta cuándo?"

Nosotros también rematamos con la siguiente reflexión: ¿Hasta dónde puede ser sano y desde donde dañino, que la pauta publicitaria estatal y el acomodamiento de periodistas en Palacio y en el avión presidencial, para acompañar al mandatario en todas sus giras internacionales, silencie a los medios y solo les permita hablar lo bueno del jefe del Estado?

El mismo Juan Gossaín, uno de los periodistas más profesionales y respetados de este país se lamentó de este "bochornoso espectáculo informativo".

No hay comentarios: